ALLEGRETTO A LA TURCA
La novela cuenta la desbocada, mágica y ferozmente tierna historia de Desiderio Mompó, hijo adulterino del Conde de Mompó, que, además de poseer, entre otras, la poco frecuente habilidad de hacer fuego chascando los dedos, y además de sentir una inclinación extremada hacia el cabello de ángel, como periodista en ejercicio vivió directa y personalmente los acontecimientos de más de un siglo, desde la Revolución Francesa hasta nuestra guerra civil iniciada por “un general bajito que aprendió en África”. Pero no es esta una novela histórica –a pesar de que en ella aparezcan, entre otros muchos personajes con voz propia, Robespierre, Los Montgolfier, Gaudí, Azaña, Picasso, Lincoln, Edison y Marconi, Eisenstein y el acorazado Pontemkim, Monturiol, el Opus Dei, Garibaldi, Rusiñol y Pessoa, Groucho Marx, Glen Miller…-, sino que, de hecho, se trata de la historia de un hombre, el protagonista, que engarzará el universo dispar de la vida perfectamente en un solo texto al escribirlo con rata habilidad de novelista: Desiderio Mompó se da cuenta de esa manera de que, en realidad, durante toda su vida lo que él ha buscado es nada más y nada menos que el amor y el orgasmo atisbados en su juventud al contacto con una Flavia cuyo vello público era de cabello de ángel. Encontrará lo que buscaba, sí, aunque más bien tarde y solo en “Fontana Rosa” la célebre villa de Blasco Ibáñez ante la cual y con quien, respectivamente, el protagonista aparece posando en la porta de este libro: luego todo lo que aquí se cuenta no es mentira.