La exagerada moda de la animalización ha acabado por convertir a los animales (toro, monos, perros…) en personajes más importantes que las propias personas. Incluso, en el Congreso, se ha pretendido dotarles de derechos.
La exagerada moda de la animalización ha acabado por convertir a los animales (toro, monos, perros…) en personajes más importantes que las propias personas. Incluso, en el Congreso, se ha pretendido dotarles de derechos.