Lucrecia, mi amor | jmborja.com

LUCRECIA, MI AMOR

Lucrecia, mi amor no solo es una novela con ciertas resonancias históricas. También son importantes los elementos fantásticos. Y los humorísticos. Por eso, es muy posible que pueda sorprender a cierto tipo de lectores, la manera de Borja al presentar ciertos personajes míticos de la historia y de la cultura. Casos de Joanot Martorell y Ausiàs March, por ejemplo, así como un largo rosario de notables cortesanos.

El autor, siguiendo un camino en cierta manera paralelo al de autores como Álvaro Cunqueiro y Joan Perucho, aplica, sobre una base más o menos histórica, el vitriolo de la fantasía y el humor. El cóctel resultante, tiene algo de provocador para algunos, y para otros –que captarán sus guiños- puede que sea muy entrañable. (…)

Una narración literaria ha de ser coherente con ellas misma. Y basta. (Que no es poco). Aun en el caso de ser una narración histórica, no tiene por qué ser coherente con el momento histórico que narra. Puede serlo, sí; pero también puede no serlo. Borja, en ocasiones juega a ser coherente y meticuloso con la historia, como un alumno aplicado: pero en otras ocasiones actúa como un enfant terrible y es incoherente con la historia, pero coherente con la literatura. Que es de lo que se trata.

Joan M. Monjo